El Gobierno se ufana de haber reducido el desempleo en
1.100.053 personas desde 2011, año en que empezó a gobernar el PP. Los datos de
la Encuesta de Población Activa (EPA), en efecto, reflejan que hay esa cantidad
de personas menos paradas. Pero, ¿de verdad hay 1.100.053
personas más trabajando?
Pudiera parecer que las invocaciones a la Virgen del
Rocíopor parte de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, han obrado el
milagro. Hay un millón de personas menos en el paro. Pero es más fácil que se
haya producido ese milagro que la política del Gobierno cree empleo, y de
calidad, además. Veamos.
Cuando se dice que hay un millón de personas paradas menos, es fácil pensar que
hay un millón de personas trabajando más. Nadie piensa en otra posibilidad.
Pero existe. La EPA solamente clasifica en tres categorías a las personas:
ocupadas, paradas o inactivas. Así, entre 2011 y 2017 hay 1.100.053 personas
paradas menos y 227.002 personas inactivas menos. Es decir, hay una disminución
de 1,3 millones de personas que habrían pasado a la categoría de ocupadas. Sin
embargo, las personas ocupadas solo han aumentado en 377.613
personas. Por ello, hay que concluir que hay 949.442 personas menos
residiendo en las viviendas familiares en el Estado español. O, dicho de otra
manera, el número de la reducción de personas paradas coincide con el de la
disminución de la población de 16 a 64 años. ¿De verdad hay más personas
trabajando? La respuesta es, no. Baja el paro y la inactividad, pero
no aumenta en la misma medida el empleo.
Si echamos la vista algo más atrás, al comienzo de la crisis en 2008, vemos
una disminución muy similar de las personas residentes
en viviendas familiares, hay 995.324 menos. Las personas ocupadas han
disminuido en 1.667.929 personas; las inactivas también disminuyeron en 644.841
y las paradas aumentaron en 1.317.447 personas, un 50%.
Otro dato que pone en cuestión que realmente haya más trabajo que en 2011 es el
que se refiere a la remuneración, menor en 2017 que en 2011,
que depende del número de horas de trabajo.
En 2011 se trabajaron 674 millones de horas semanales por parte de 18,3
millones de personas. En 2017 las horas trabajadas fueron 664 millones y las
personas ocupadas en 18,6 millones. Es decir, en 2017 se han trabajado 9,3 millones de horas habituales menos cada semana que
en 2011, el equivalente a 246.768 puestos de trabajo a tiempo completo menos (a
una jornada de 37,5 horas). La jornada media trabajada en 2011 era de 36,9
horas mientras que la de 2017 ha sido de 35,3 horas a la semana. Como la
jornada legal no ha tenido variaciones, esa disminución de horas
trabajadas se traduce en disminución salarial.
Quizás sea el momento de plantear la jornada de 35 horas semanales.
Esa disminución de la jornada media también ha servido para que desde el
Gobierno se ufanen diciendo que hay 377.613 personas ocupadas más.
No dicen que hay menos trabajo, menos jornada y menos salario.
Una vez más las apariencias engañan: se habla de disminución del paro
cuando lo que de verdad disminuye son las personas residentes.
Tampoco hay más trabajo, lo que hay es una jornada media menor con menor
remuneración. Y también hay un presidente de gobierno diciendo “no nos metamos
en eso” cuando se le habla de regular el principio de “a igual trabajo, igual
salario”. Es hora de ser serios.
Lola Santillana es secretaria de Empleo y Cualificación Profesional de
CCOO