miércoles, 15 de diciembre de 2010

Eliminación de los 426 euros

En la semana pasada, tras el rescate de Irlanda por parte de la Unión Europea, el gobierno Español ha tomado una serie de medidas de recortes sociales recogidas ya en la ley de Economía Sostenible y entre ellas, se contempla  la  decisión de eliminar los 426 euros, buscando una solución que se apoya en acciones formativas,  para que estas personas puedan seguir cobrando esta prestación económica. En principio suena bien,  pero este país nuestro se caracteriza porque el sistema de formación es desordenado y no promueve los itinerarios formativos. Especialmente, este mérito es gracias a la pésima capacidad de los gestores públicos que elijes cada cuatro años. En muchos casos, te encuentras propuestas formativas impulsadas por el alcalde de turno, donde su único objetivo es fidelizar el voto y nunca apostar por la cualificación de las personas que se forman y conseguir, lo que debería ser prioritario, facilitar su inserción laboral en la empresa.
Por esta razón, no estoy de acuerdo con esta medida de la eliminación de la ayuda de 426 euros.
Parece que pagan siempre los más débiles. Precisamente, pienso que debe ayudarse a los que más lo necesitan y esta decisión me parece un tanto dura y puede dar lugar a un problema social. Aunque lo harán, eso sí, dando cualquier formación, la que sea, y no importa si uno se forma en agricultura, peluquería, fontanería, etc…. Da igual, porque lo que se pretende es que estés en el aula y se olvidan de que lo importante es formar para una cualificación profesional y, si actúan de esta forma, no será válido para tener a la población mejor formada. Centrarse sólo en cumplir la estancia en el aula (aunque sea en cualquier curso) no es la solución, lo verdaderamente importante es la promoción de un itinerario formativo laboral que la administración debe facilitar. Por eso, me preocupa la solución que han planteado ya que proponen que se formen para que puedan cobrar esta cantidad.
Si yo, como padre le compro todo lo que mi hijo me pide con uno, dos o tres años, cuando tenga doce años ¿qué pensará mi hijo?. Quizás que no tiene que hacer nada más que pedir y sin ningún esfuerzo que realizar. Mal principio y final más complejo.
Próximamente, desde “Candelaria Empleo”, haremos eco de nuevas propuestas que den repuestas a las personas, apostando por ellas.

1 comentario:

  1. A mi me parece mal porue esto es injusto lo digo por mi yo no doy la cara por nadie

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