Las contrataciones han disminuido en el periodo analizado al pasar de algo más de los 17 millones de contratos a casi los 14,5 millones, lo que ha supuesto una reducción entre 2005 y 2010 del 16%. Aunque la evolución no ha sido regular en el tiempo, ya que durante los primeros años del periodo el número anual de contrataciones se incrementó, y no fue hasta el 2008 cuando empezó la tendencia descendente.
La mayoría de las modalidades de contratación se han visto reducidas, y sólo las siguientes modalidades han experimentado un aumento: indefinido ordinario (6%), interinidad (19%), temporal para personas con discapacidad (15%), jubilación parcial (31%) y de sustitución por jubilación de 64 años (31%). Aquí se aprecian los resultados de la aplicación de las políticas activas, al incrementarse los contratos dirigidos a discapacitados –creación ocupación a través de incentivos económicos-, y los contratos por jubilación parcial –redistribución de la ocupación a través de jubilaciones parciales-.
Los tipos de contratación que más han disminuido entre los años 2005 y 2010 son los contratos en formación (51%), los de prácticas (44%) y los indefinidos que fomentan la contratación indefinida (47%). Cabe destacar que las dos primeras modalidades afectan negativamente al colectivo de los parados jóvenes.
La modalidad de contratación más importante es la eventual por circunstancias de la producción que con un total de casi 5,8 millones de contratos en 2010 supone un 40% del total. Le siguen en importancia los contratos de obra o servicio, representando un 39% del total, y a distancia los de interinidad con un peso del 11% sobre el total. De esta manera, estas tres modalidades de contratación suponen el 90% del total de contratos firmados. Lo que caracteriza a las relaciones laborales en España con la temporalidad.
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